El primer restaurante


Arlette Garduño Rivas
Octavo Semestre de la Lic. en Gastronomía UAEM - arletetete@yahoo.com

Bendito sea dios que nacimos en siglo XXI, por una simple y sencilla razón, que es la gama tan amplia y diversa de restaurantes que tenemos hoy en día, tanto en la ciudad como a lo largo de las carreteras.

Siempre que una persona viaja, lleva consigo su propia hambre y de vez en cuando algo con qué satisfacerla. Hace siglos los viajeros y mercaderes podían encontrar descanso y comida en hostales y casas de huéspedes, donde una familia amable le daba alimento a cambio de un poco de dinero. También estaban las tabernas, pero se dedicaban especialmente a la venta de licores, ocasionalmente se podía encontrar alguna en la cual conseguir un poco de comida. El restaurante, lugar en el que se pueden encontrar distintos tipos de comida y un poco de descanso, son una invención relativamente reciente.

El primer establecimiento en el que se puede reconocer el concepto de restaurante fue abierto en la Rue du Poulies, París, Francia, en 1765. El propietario, un mesonero de apellido Boulanger, servía varios platillos acompañados de vino. Para anunciarlo a los transeúntes colocó un cartel en el que se podía leer la siguiente frase en latín vulgar: Venite ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos. Traducido al español, la frase significa: Venid a mí, hombre de estómago cansado, y yo os restauraré.


La frase tuvo mucho éxito, así como el local. La gente empezó a llamar a estos lugares "restaurantes", donde iban a ser "restaurados", (en Francia se les llama, boulangeries en honor a su inventor.)

Pocos años después, en 1782, un ex oficial de la intendencia de los condes de Provenza, llamado Antoine Beauvilliers, abrió un local en el que se podía reconocer un restaurante en el sentido moderno, en la Rue de Richelieu, París. Lo llamó La Gran Taberna de Londres, con una gran variedad de manjares, un menú y mesas particulares. Todo bien preparado y que aseguró su éxito.

Pronto los restaurantes se convirtieron no sólo en un lugar para satisfacer el hambre sino en centros de reunión social.